Pueblos mágicos en Puebla: ¿Alternativa turística?

En México, el Gobierno Federal a través de la Secretaría de Turismo (SECTUR), en 2001, propuso una nueva alternativa turística, la cual se implementó a través del programa denominado “Pueblos Mágicos”, con la intención de impulsar el desarrollo económico en el sector turístico y elevar la calidad de vida de sus habitantes. 

El programa de Pueblos Mágicos, se crea con la intención de contribuir en las comunidades a incrementar el turismo, generar beneficios económicos y generar beneficios sociales, contribuyendo con el desarrollo regional, preservando la sustentabilidad en el medio ambiente de las localidades.

En este contexto, el estado de Puebla, lugar en donde se originó Mesoamérica, tiene una ancestral historia y cultura. Los pueblos mágicos del estado son: Atlixco, Chignahuapan, Cholula, Cuetzalan, Huauchinango, Pahuatlán, Tlatlauquitepec, Xicotepec y Zacatlán. 

Con la información disponible, debemos mencionar que, en general, hay dos rubros los cuales nos permiten hacer una comparación del resultado de este programa: primero en el número de visitantes y segundo, en la derrama económica. Algunas de las cifras proporcionadas por la Secretaría de Turismo de Puebla, entre 2010-2015 son las siguientes: en el número de visitantes anuales, Chignahuapan recibía 38, 386 en 2010 y en 2015 el número de visitantes aumentó a 73, 317; Zacatlán recibía 97, 092 en 2010 y hacia 2015 el número de turistas fue de 143, 696; Cholula recibía 221, 000 en 2010 y en 2015 la cifra de turistas fue de 183, 430 y Cuetzalan en 2010 el número de turistas fue de 83, 000 y hacia 2015 la cifra de turistas fue de 62, 250. Como se puede observar, el número de turistas no ha sido de aumento en todos los casos, lo que sugiere que este programa de turismo alternativo no tiene el mismo impacto en todas las comunidades en donde existe.

En el plano de la derrama económica en el mismo periodo 2010-2015, en todos los casos fue de incremento; Chignahuapan, Zacatlán, Cuetzalan y Cholula tuvieron ganancias de 105% a 265% más, en ese periodo, lo que sugiere que hubo beneficio económico, pero en lo social, es cuestionable.

Se puede observar que el Programa Pueblos Mágicos ha promovido cambios en el desarrollo de la localidad, pero aún no se puede considerar como un motor importante. Se plantea que la adecuada gestión comunitaria sustentable es capaz de responder a la satisfacción del turista con buenos resultados y a su vez, conservando los valores, creencias y saberes de la comunidad. Pero, definitivamente falta equilibrio entre los beneficios que debe recibir la población de destino, porque las ganancias de los prestadores de servicios en diversos casos, no se reinvierten en la comunidad, por lo tanto, no hay mejora en la calidad de vida de los pobladores de estos sitios.

Por. Juan V. Hernández