Quitarse la vida: El suicidio en adolescentes | Universidad de Oriente Puebla

Quitarse la vida: El suicidio en adolescentes

Quitarse la vida: El suicidio en jóvenes

A esta hora en algún lugar del mundo hay alguien que estaría feliz de tenerte.

Walter Riso.

Y a pesar de todo lo que lo ha ocurrido, el adolescente no se da cuenta de lo grandioso, increíble y único que es; acaso espera que pase algo más para tenerse amor propio y creer en sí mismo, cuidarse, respetarse, disfrutar cada respiro y centímetro de su cuerpo. Es difícil apreciar. La vida, ese componente esencial que hace sentir, y sí, algún día todos partirán  pero no ahora, sólo ella sabe el día, el lugar, la hora y el momento adecuado en el que se  acabará, mientras se tenga, rían a carcajadas, disfruten de esos amaneceres y atardeceres  increíbles y que no se atente contra ella, porque no solo se daña el cuerpo, sino que también  perjudica a la familia, que tanto se esfuerzo hacen por conseguir que salgamos adelante, con  defectos y virtudes, nos aman, nos quieren demasiado; antes de actuar; piensa.

Jung considera al suicidio como la destrucción de la armonía entre lo consciente y lo inconsciente, derivado de impulsos agresivos reprimidos. Las psicologías cognitivas consideran al suicidio como una más de las enfermedades mentales que atañen al adolescente actualmente, dado que en esta edad se encuentra en una transformación; le es difícil pasar de la dependencia a la etapa adulta, es decir; está en la búsqueda de la identidad única e irrepetible. Los cambios sociales aceleran una difícil asimilación del contexto inmediato del joven.  (Ferreyra, 2017)

Respecto a otros autores, uno de los que más ha teorizado sobre el suicidio es Menninger,  tomando referencia sobre éste donde se extrae del libro “El hombre contra sí  mismo” del año (1938) que hace informar cómo el mismo sujeto se agrede, sin considerar las  consecuencias negativas que tiene para sí mismo y conlleva a tres elementos de  comportamiento suicida: el deseo de matar, deriva de la agresión de un ser querido; el deseo  de ser matado, es determinado por los sentimientos de culpabilidad y la justicia de castigo; y el  deseo de morir, que se enlaza la voluntad de alejar o rehuir de los conflictos, aquí hay conciencia de  situación. (Ferreyra, 2017)

Emile Durkheim que en 1989 publica su libro “el suicido”; fue uno primeros autores que hablan sobre el tema del suicidio desde un punto de vista sociológico. Realizó un estudio basado en el análisis anual de suicidios publicados en los boletines de diversos países europeos desde el año 1841, utilizando como unidad de análisis las condiciones sociales que hacen que estas cifras varíen y, en este sentido, no dependen de las características intrínsecas de las personas.

El suicidio es un acto por el que un individuo deliberadamente atenta contra su vida, y es consecuencia de un sufrimiento psíquico y desesperación derivada de dificultades financieras, problemas interpersonales, soledad o el acoso, la salud; estas llegan a dar forma a una patología psiquiátrica catalogada en trastorno mental como: depresión, trastorno, límite de personalidad, alcoholismo, uso de drogas entre oros. Las formas y métodos de suicidio varían y están relacionados con su disponibilidad, los más comunes son el ahorcamiento, envenenamiento con plaguicidas, la manipulación de armas blancas y de fuego, el suicidio entre los jóvenes de 15 a 29 años, es la cuarta causa principal de muerte (OMS, 2021).

En una gaceta, la presidenta fundadora de “Después del Suicidio – Assoc. de Supervivientes (DSAS)”, Borrás (2021) escribe lo siguiente: “Las cifras incuestionables del fenómeno del suicido deben tener el objetivo de ir más allá de dibujar una realidad abrumadora, muy superior a la de otras a las que se dedican recursos y que son reconocidas socialmente como un verdadero problema como, por ejemplo: los accidentes de tráfico” (párr.. 4). Y hace mención de que el pasado 10 septiembre con motivo del Día de Internacional de la Prevención del Suicidio se crea el Plan de Prevención del Suicidio de Catalunya (2021-2025) PRESCAT presentado en el mes septiembre por el Departamento de Salud; con el objetivo de reducir la tasa de  tentativas y muerte por suicidio en más de un 15% y en más de un 20% en los grupos  prioritarios en 2030 con un único lema: “Escoge la vida”. (Borrás, 2021)

Para prevenir el suicidio es vital atender las problemáticas de salud mental antes de que deriven en situaciones de riesgo, como la idea o el intento de “quitarse la vida”. No todas las personas tienen estrategias saludables para afrontar una crisis como ésta, es por ello que debemos aprender a identificarlas no solo como lo hacen los especialistas de la salud mental, sino como familia, amigos y maestros, para atender el sufrimiento psicológico que está enfrentado la persona.

El sistema educativo desde tiempo atrás, implementa estrategias reguladoras de las emociones como lo son: los manuales de “yo no abandono”, “la ficha construye- T”, cuadernillos de las emociones, así como conferencias en pro de la salud, controlar el acceso a los medios que muestran acciones suicidas, otras medidas pueden incluir el cercado de puentes, barandales de gran altura y de ventanas en edificios altos. Dichas estrategias son abordadas en los planes y programas de estudio. Pero también es importante que escuelas tengan espacios y profesionales (psicólogos) con los cuales los estudiantes puedan hablar de lo que les preocupa, siendo este un paso imprescindible para detectar y prevenir el suicidio. 

De igual manera, se debe contar con protocolos contextuales a medida que ayuden a saber cómo abordar a los estudiantes con ideas o intentos de suicidio. El saber, permitirá evitar un desenlace fatal. El trabajar en las instituciones educativas aspectos de salud mental y desarrollar habilidades de manejo de las emociones, solución de problemas, flexibilidad cognitiva, regulación de estrés y cómo actuar en situaciones de crisis; disminuirán las acciones trágicas. (Paulette, 2022)

Tomando en cuenta lo anterior, es importante construir vínculos sociales que fomenten una red de apoyo para que infantes y jóvenes compartan sus emociones libremente, en un espacio de empatía y confianza, una de las mejores maneras de crear dichos vínculos y redes es fortalecer la comunicación y estar abiertos a escuchar, en lugar de regañar, castigar o ignorar a los adolescentes. Una de las acciones importantes que se deben realizar como docente es la observación, si se detecta a un joven que empieza a cambiar su comportamiento, se aísla, habla más de la muerte o a tener un discurso desesperante o pesimista, se debe prender la alerta y empezar a preguntar; quizá, esté sufriendo una depresión o ya esté pensando en cometer suicidio.

El acto de quitarse la vida, también conocido suicidio, es un problema que se está ocurriendo hoy en día y que debemos hacer algo para disminuirlo, para ello debemos disponer de voluntad para ayudar a quien lo necesite demostrándole que no está solo, como suelen pensar algunos, que existen otras salidas más viables a los problemas que la muerte; hacer mención de lo maravillosa que es la vida, una base para ayudar puede ser la empatía humanista.

“Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado”. Napoleón I (1769-1821)

Calidad UO

Contacto

Dirección: 21 Oriente 1816 Col. Azcarate Puebla, Pue. C.P. 72501

Teléfonos: 222 2111698 y 222 2111698